930 32. El proyecto espiritual y su realización 7.4.2DP cap. VI,IV,2
2. El proyecto espiritual y su realización
En las miras de María Teresa no entraba crear una simple orden tercera carmelita, ni siquiera una nueva congregación. Su objetivo era más amplio. Había visto «surgir un pueblo nuevo en medio de los cristianos. Hombres o mujeres, de toda condición, nada los distinguía sino su gran santidad»… «Ha llegado el momento –escribía– en que Dios quiere hacerse un pueblo que adore en espíritu y en verdad. En espíritu y en verdad, es decir sin estar obligado a ninguna forma o medio que no convengan a todos»… Ella sentía que estaba haciendo algo muy nuevo: «contemplativos sin clausura, una sociedad que vive en el mundo la vida de oración parece echar por tierra las ideas recibidas en espiritualidad». Este punto es firme y claro para ella: «Las ramas exteriores me importan tanto como las casas regulares. Incluso, en el momento de la primera inspiración, sentí que las casas regulares se fundaban con el fin de proporcionar apoyo a la Sociedad totalmente evangélica que el Señor quiere escogerse en el mundo». En el fondo, la obra tendría tres ramas: religiosas de clausura, Hermanas que vivían en su familia con sólo los votos de castidad y de obediencia, y finalmente los simples asociados. Ahí estamos bastante cerca de la Sagrada Familia.
Así pues, lo que María Teresa Dubouché desea crear no es una simple comunidad religiosa, sino un pueblo nuevo que viva de la adoración. Contará con laicos que lleven exteriormente una vida como todo el mundo, laicos que vivan de manera oculta una vida en cierto modo religiosa, y también religiosas, que serán su apoyo. La vida de las religiosas será muy sencilla. Está basada en la regla del Carmelo, pero aligerada y simplificada, para que sea accesible incluso a personas con poca salud. No hay Hermanas conversas, lo cual constituye una pequeña revolución. Todas trabajarán y adorarán por igual. Las religiosas no tendrán una vida únicamente contemplativa, sino que harán apostolado por medio de retiros.
La comunidad empezó en París, luego en Lyon con la ayuda del cardenal de Bonald y de San Pedro Julián Eymard. A María Teresa le costó mucho conservar íntegro el proyecto primitivo. En el Carmelo había malestar. Hubo que separarse. Ciertas personas o Hermanas querían más vida monástica; otras más apostolado. Se produjeron crisis, debidas en parte a consejeros poco prudentes. Sin embargo consiguió, a pesar de los muchos combates, fundar y mantener casas en París, en Lyon y en Châlons-sur-Marne. Había intentado crear una rama masculina, que no llegó a desarrollarse. Murió en París, el 30 de agosto de 1863. Está introducida su causa de canonización.
Después de su muerte, Roma pidió algunos cambios en su proyecto inicial. Desapareció la idea de Sociedad, y también la igualdad entre las Hermanas y ciertas formas laicas de la obra. Se quedó en una congregación de religiosas. De esta manera quedaba amputada la idea de la fundadora. Sin embargo subsistieron las casas de adoración, y desempeñaron un gran papel. La de la calle de Ulm, en París, es muy conocida en la capital. Al cabo de unos años, la reflexión, una mejor información y la evolución del Derecho canónico han llevado a descubrir las intuiciones primitivas de María Teresa Dubouché.
Con ella nos encontramos, pues, ante una aventura mística. En este caso es mucho más notable que en el del Padre Noailles, que fue muy discreto sobre su vida interior. El proyecto inicial rompe con las tradiciones del siglo XIX de un modo que nos recuerda al P. Noailles. Se trataba de crear algo completamente nuevo bajo la forma de una familia –el P. Noailles diría una Asociación– que reuniera en una espiritualidad común todos los estados de vida. Pero la realización fue parcial. La necesidad de tener que apoyarse al principio en casas de religiosas de clausura hizo a la obra vulnerable. La rama laica no pudo cobrar el vigor que le hubiera permitido subsistir. La actuación canónica no vino en ayuda del carisma, de manera que, al menos hasta hoy, la intuición primitiva no ha podido lograr su verdadero alcance.