0 1Capítulo VI Algunas instituciones comparadas con la obra del Padre Noailles7DP cap. VI
Capítulo VI
Algunas instituciones comparadas con la obra del Padre Noailles
El Padre Noailles tenía ciertamente la impresión de estar creando una obra original con la Sagrada Familia.1 En todo caso, así se pensó después de él. Y por esa razón optó por una fórmula jurídica tan especial. Es también la razón por la cual la Santa Sede, al final del siglo XIX y comienzos del XX, se vio abocada a plantearse una serie de cuestiones, que recibieron soluciones no siempre felices. Pero la experiencia histórica demuestra que un fundador rara vez es un ser aislado. O tiene fuentes de inspiración, o participa en un movimiento conjunto. En el estado actual de la investigación, no se capta muy bien si el P. Noailles utilizó algunas fuentes concretas para su proyecto de Asociación. El mismo dice que recibió el plan directamente de Dios, o al menos que lo había concebido en Issy-les-Moulineaux bajo la inspiración del Espíritu Santo.2 Este tipo de afirmación se encuentra a menudo en los fundadores de comunidades. Desde este punto de vista no hay razón para no creer al Padre Noailles, aunque para determinados puntos haya utilizado fórmulas preexistentes.3 Y por otra parte, sería importante saber si otros fundadores del siglo XIX, de cerca o de lejos, tuvieron la idea de hacer una fundación semejante o análoga a la Sagrada Familia, y si el P. Noailles pudo, de alguna manera, haber oído hablar más o menos de ellas. También es importante saber si, en general, el P. Noailles entra en una corriente de asociación con todos los estados de vida y para la acción evangelizadora o si se encuentra aislado con su obra.
Plantear esta cuestión es entrar en una amplísima problemática. Porque fueron innumerables las Congregaciones o Asociaciones fundadas en el siglo XIX, especialmente en Francia.4 Además actualmente se está empezando a descubrir un aspecto siglo XIX religioso, del que hasta ahora habíamos prescindido aquí: su originalidad.5 Al encontrarse los fundadores ante una tabla rasa después de la Revolución, tuvieron campo libre. Se produjo así uno de esos raros períodos de la historia, en que el terreno estaba totalmente despejado y podían construir de nuevo. Bien es verdad que algunos no pensaban más que en reconstruir idénticamente. Pero otros no lo entendían así. De este modo se vio florecer cantidad de proyectos que se realizaron más o menos en la práctica, y a veces nos han llegado con diversas deformaciones o modificaciones. Por desgracia, esos proyectos no han sido estudiados como tales. Poseemos una enorme cantidad de literatura edificante sobre las congregaciones del siglo XIX que, aunque se piense lo contrario, tienen su valor y su utilidad. Pero el trabajo realmente científico no ha hecho más que empezar. Estamos todavía lejos de poder elaborar las síntesis indispensables.
El presente capítulo se propone, pues, plantear más cuestiones que las que pretende resolver. Habrá que continuar la investigación en este sentido. Nosotros vamos a estudiar aquí solamente cinco movimientos muy distintos, cinco fundadores o fundadoras muy definidos: Bruno Lanteri (1759-1830), fundador de los Oblatos de la Santísima Virgen; San Vicente Pallotti (1795-1850), fundador de la Sociedad del Apostolado Católico; Basilio Moreau (1799-1873), fundador de la Congregación de Santa Cruz; María Teresa Dubouché (1809-1863), fundadora de la Adoración Reparadora; la beata Luisa Teresa de Montaignac de Chauvance (1820-1885), fundadora de las Oblatas del Sagrado Corazón de Jesús. Como vemos, aunque el primero es anterior al P. Noailles como generación, los dos siguientes, e incluso la cuarta, son prácticamente contemporáneos suyos. Sus proyectos constituyen, por tanto, puntos de comparación útiles, aunque bastantes diferentes. Vamos a estudiarlos sencillamente por orden cronológico de nacimiento de esas diversas intuiciones.
1 Lo subraya especialmente, como hemos visto, a propósito de las Hijas de Solo Dios.
2 Règles générales… 1844, p. 11; Règles générales… 1851, p. 30.
3 Como las AA, que inspiraron las Hijas de Solo Dios, o San Vicente de Paúl, a quien se debe, en parte, su actitud ante el Derecho canónico.
4 Émile Combes calculaba unas 1.300 Congregaciones religiosas presentes en Francia en 1901. Sin embargo es posible que su cálculo sea bastante exagerado o voluntariamente deformado. Volveremos sobre este punto.
5 Sobre la vida de las religiosas, más emancipada que la de otras mujeres del siglo XIX contra lo que se piensa habitualmente, ver: Yvonne Turin, Femmes et religieuses au XIXe siècle. Le féminisme «en religion», París, 1989.